sábado, diciembre 04, 2010

La monarquía española en el Siglo XXI

No niego el papel positivo del Borbón en el momento de la transición si bien tengo mis dudas, muchas dudas, sobre su posición real, valga la redundancia, en el golpe del 23-F (*).

Pero creo que ya debiera ser llegado el momento de su fín, pactado y no revolucionario. De la misma manera que creo que, cuando Catalunya se independice (**) ya no nos enviarán los tanques españoles entrando por la Diagonal, tampoco yo voy a pedir (seamos civilizados) que lo guillotinen (como sus primos franceses) o lo fusilen (los zares).

Es obvio que una Monarquía ya no tiene razón de ser en la modernidad de un Estado democrático (***) en el que todos sus individuos son iguales. Sobran los privilegios de los que goza una familia, tan solo por su origen.

Y, sobre todo, cuando abdican de los valores (falsos o no) que los hacen aparecer como símbolo de un país, equivalente a su bandera, lo que exige un mínimo de sacrificios. Cuando, reclamando su derecho a vivir como seres normales, exigen enamorarse y casarse con chicas divorciadas y de extracción plebeya o sea, pre-folladas y sin sangre azul. No profesionales de la realeza, por más hipócritas que estas fueren.

Están en su derecho, pero no a costa del presupuesto; que abdiquen, follen con quien quieran sin tenerlo que hacer a escondidas (que, esto, lo han hecho siempre), pero que trabajen y se auto-sostengan economicamente; que se paguen sus yates, sus criados, sus coches, sus cacerías y sus esquiadas.

No por economía ya que hay Presidencias de la República tan o más caras. Pero por vergüenza.

Coronel Von Rohaut

(*) Golpe Militar fracasado pero Golpe de Timón o bandazo triunfante, que propició la LOAPA (luego judicialmente invalidada pero, en la practica, muy aplicada) y el consiguiente frenazo a las autonomías en España y regreso a un fuerte centralismo político-nacionalista. Fue el fín de la ilusión (como siempre, falsa ilusión, cuando se trata del encaje, justo y no expoliativo, de Catalunya en España) y la vuelta a lo políticamente correcto desde la óptica castellana de siempre.
(**) Luego, en el fondo, me importa bien poco lo que haga España con su estructura política y futura definición como nación. Por mi ya les pueden dar pol culo; Catalunya será una república.
(***) Salvo en una tradición tan fuerte como la británica. Es sabida la frase del rey Faruk de Egipto, desde su exilio dorado en la Costa Azul, cuando dijo que, en el futuro, solo quedarían, en Europa, 5 reyes: el de Inglaterra y los 4 de la baraja.

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