En este oasis del sureste del desierto libio y que ahora vuelvo a ver en los mapas, los soldados de la "Colonne Leclerc", luego transformados en la 2ème División Blindée, y que, en la Segunda Guerra Mundial, subían desde el Tchad, se juramentaron para no cesar en su empeño hasta ver liberada la catedral de Strasbourg, entonces en poder de los "nazis".
Ahora sería necesario un nuevo "Juramento de Koufra", de todos los occidentales, pero no para luchar contra los arios si no para liberar todas las catedrales del mundo, amenazadas por el islamismo fanático, retrógrado e invasivo.
No obstante, leo las declaraciones de uno de los sublevados de ahora en Benghazi, en Libia, que declara: "Queremos democracia, no un estado tribal ni religioso". Quizás todavía queda un pequeño rayo de luz en el mundo árabe. Yo bien quisiera creerlo, pero cuando veo las masas sucias y harapientas, fanatizadas y analfabetas, descontroladas en Pakistán y otros feudos del integrismo mahometano, tengo tendencia a acojonarme y desear su exterminio antes que ellos acaben con nosotros, que es su designio manifiesto y no escondido por imanes, mullahs, y demás cafres dirigentes religiosos de esta mierda de superstición islamista a la que algunos iluminados llaman "cultura".
Coronel Von Rohaut
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