sábado, marzo 19, 2011

Una cierta hipocresía




Todos sabemos que, en periodismo, una noticia quita a otra. Pero también podría haber una pequeña dosis de hipocresía en la forma de tratar lo ocurrido en Japón por parte de los medios occidentales y de la forma en que nos lo hemos tomado la población en general.

En realidad se han dado, juntas, dos noticias de primera plana: un terremoto de una escala más alta de los últimos tiempos seguido de un "tsunami" devastador y, a causa de lo anterior, los daños sufridos por algunas centrales eléctricas de origen nuclear que, sobre todo una de ellas, podría (y todavía puede) haber causado una auténtica catástrofe nuclear. Un Tchernobil.

Y de la primera se dió la noticia, se ha hablado lo justo, no mucho pues tampoco los japoneses que han perdido sus casas, sus bienes y, a miles, sus familiares, no van por la calle llorando y gritando su dolor con grandes aspavientos como harían otros muchos pueblos, y no quiero señalar. De la segunda sí que hemos hablado largo y tendido, con cierto morbo, hablando incluso de apocalipsis y, seguramente, porqué la noticia tiene más impacto ya que podría llegar a dañarnos a nosotros; y esto dá miedo.

Pero es que la amenaza nuclear, hasta la fecha y ojalá se mantenga, no ha causado ni una sola víctima, ni un solo muerto....

Mientras que la catástrofe natural ha ocasionado miles, muchos miles, entre muertos y desaparecidos, que es una manera eufemística de referirse a los cadáveres aún no hallados; pero son muertos. Y ya casi ni hablamos porqué, al ser los japoneses autosuficientes, no hemos tenido que hacernos los buenos y solidarios, enviar equipos de desescombro con perros, ni botellas de agua, ni mantas, ni tiendas de campaña, como se tuvo que hacer en Haití.

Pero los muertos los ha habido. A miles.

Coronel Von Rohaut

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