En Catalunya siempre hemos tenido traidores. Siendo, como somos, una gran nación, tenemos de todo, "de tot i força", desde sabios y santos hasta putas y maricones, pasando por eminentes cardiólogos y economistas, así como actrices "porno", inspectores de hacienda, okupas y vegetarianos pseudo-ecologistas. Y, como no podía ser menos, grandes traidores y renegados.
Ya desde el Compromiso de Caspe, algunas familias de la alta burguesía catalana, como los Desplá y Gualbes, fueron claramente "trastamaristas" o sea, partidarios del Fernando castellano y enemigo de Catalunya, como los aristócratas Cabrera, Cardona y Montcada que, si bien se declararon "urgellistas" o sea, partidarios de Jaume II d'Urgell, el sucesor catalán y auténtico de Martí l'Humà, no le dieron a Jaime el apoyo o soporte militar que los aragoneses y valencianos, con el respaldo de tropas castellanas, le dieron al Fernando ganador.
Pero la aristocracia catalana ya lo pagó; con el tiempo, poco tiempo, fue fagocitada, laminada y absorbida, diluida por la pujante aristocracia castellana que heredó sus títulos, que fueron desapareciendo, y posesiones. Los Alba y, sobre todo, los Medinaceli (que absorbió a la Casa de Cardona, la más importante del Reino de Aragón), Medina-Sidonia, Medina de Rioseco, etc.
Ahora mismo podemos separar a los que, equivocados pero no dudo que de buena fé ya que entonces parecía viable, como los Pujol y Roca, apostaron por encajar Catalunya en España, de los que simplemente son españoles y han seguido trabajando para su nación de origen, como los Montilla y Sánchez Camacho; que conste que solo cito estos nombres como ejemplo o ilustrativos de lo que digo, sin ningún "animus iniurandi" específico ni personal (*).
Luego, el Pujol habría sido un traidor pero su reciente viraje hacía la comprensión del independentismo, y mas vale tarde que nunca, le habría rehabilitado un poco. Otra cosa fue el Heribert Barrera, confederal en sus inicios como la mayoría de militantes de ERC (el independentismo de Maciá era minoritario) pero que ahora ya hacía muchos años que se había convencido que la independencia de Catalunya era su única posibilidad de salvación y lo proclamaba con valentía y honestidad.
Yo también fuí confederalista por posibilismo, hasta el episodio del nuevo Estatut del 2006. El puesto en practica en 1979 era una mierda pero entonces parecía lo único posible y era mejorable. La mejora fue el de 2006 que, de haberse aprobado sin tocar ni una coma de como pasó por amplia mayoría del Parlament, me hubiera sido suficiente. Pero entre unos y otros (sí, también los unos por cagados como el mismo Mas, y ya no digamos el cepillado de los otros en las Cortes) se lo cargaron.
Y de un papel mojado escrito en papel higiénico, ya sin ningún valor, pasó a ser una mierda seca y pudente cuando los jueces de las cortes marciales españolas (**), después de cagar a gusto, se lo pasaron por el culo.
Pero que después de esto todavía hayan catalanes, como el Joaquim Nadal, el mismo Artur Mas y ya no digamos el "españolista" Durán i Lleida, que sigan defendiendo la posibilidad de encajarse en España, una España donde, no lo olvidemos nunca, no nos quieren ni en pintura a menos que nos presentemos humillados, vencidos, derrotados, entregados o, como bien dijo el general Franco, "cautivos y desarmados", dispuestos a ser asimilados y jibarizados, esto no tiene ninguna justificación.
Son actos de "Alta Traición" que, en tiempos de guerra, solo tienen la alternativa del fusilamiento, especialmente en el caso de los "renegados". Lo que yo descarto ya que soy contrario a la pena de muerte. Pero a algunos y en caso de encarcelarles, si tuviéramos la suerte que intentaran huir y se les aplicara la "ley de fugas"...
Coronel Von Rohaut
(*) Otra clasificación muy distinta es la de los claramente catalanes renegados o vendidos, asquerosos desertores o resentidos de baja jaez moral, cuyo arquetipo podría ser (y solo cito a estos nombres como ejemplo que podrían ser, pero sin ninguna implicación personal ya que no les conozco y solo por sus escritos y manifestaciones) un Alejo Vidal Quadras, un Boadella, etc. Y los que siendo españoles actuan como tales y por lo tanto lícitamente, pero como cerdos, como el tal Francisco Caja, un profesor de mierda.
(**) Los tribunales Supremo y Constitucional; el actual "Santo Oficio" bicameral y encargado de reprimir toda herejía catalana.
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