El PP ha obtenido la mayoría absoluta (no plebiscitaria afortunadamente, le ha faltado poco, pero sí brillante) en el estado español y ha arrasado en lo que es la nación hispano/castellana y sus apéndices. Ha pinchado, de forma bastante notable y para satisfacción mía, en los dos "poblados galos de Astérix": Catalunya y el País Vasco.
Pero lo principal era que mandara a las cloacas de la historia reciente a unos impresentables ineptos como los "psociatas nacionales".
Lo importante es que en Catalunya el PP no ha conseguido superar sus mejores resultados de la época Piqué, lo que les hubiera causado una chulería insoportable, y les ha dejado en el mismo lugar que ocupaban: el tercero. Ahora habrá que ser más humildes.
Mientras que quienes han conseguido derrotar y humillar a la tontita de la Chacón y a su "botifler" partido del PSC, han sido "los catalanes y catalanistas a pesar de todo" de CIU, lo que les avala para su política catalana del día a día (que alguien tiene que hacerla).
Y ERC, a los que tampoco puedo votar pues no me merecen, de momento, suficiente confianza ni garantías (su programa independentista es blando y demasiado complaciente con la imposible negociación de CIU para un pacto fiscal/concierto económico con España y muy cercana al chalaneo y a la bajada de pantalones), han salvado los muebles.
Y "allá arriba" tanto psociatas como peperos han sido notablemente revolcados. Ha ganado el partido "abertzale" Amaiur incluso por encima del PNB. Y la suma de nacionalistas vascos es muy, muy superior, a la de los partidos españolistas. Si el partido socialista vasco tuviera un mínimo de vergüenza, ya que gobierna en coalición con los del PP que también han sido debidamente pasados por la piedra, debería dimitir y adelantar las elecciones autonómicas.
Por lo tanto, yo no he tenido remordimientos por haber expresado un voto nulo, como me pedía el partido y mi cuerpo (no se me ha perdido nada en Madrid, salvo los 22.000 millones anuales que me roban), ya que nada he estropeado dentro de lo mejor que podía pasar.
Ahora a ver qué hacen. ¡Alea jacta est! cómo dijo Julio César al cruzar el Rubicón...
Coronel Von Rohaut
Nunca se sabe que puede pasar, mi coronel.
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