Personal: geopolítica y geoestrategia, politica catalana e historia. Armas y defensa, Varios
martes, enero 17, 2012
Recentralizando el país de la pandereta, que es gerundio y pá cagarse
Como ya estoy harto de explicarlo, para que no pareciera que a catalanes, vascos y navarros (estos ya lo disfrutaban "de facto") se les concedía ningún privilegio al aceptarles constitucionalmente unos Estatutos de Autonomía (o Estados Forales), los sagaces políticos españoles de matriz e ideología castellano-centralista optaron por abrir el grifo y poner en practica la teoría del "café para todos" (*), y legislar y otorgar, de forma cafre, 17 autonomías (más 2 ciudades autónomas y creando absurdas autonomías uniprovinciales y dándolo a comunidades que jamás habían pensado en solicitarlo). Pero, y sobre todo ya que de esto se trataba, aguar y/o descafeinar el de los catalanes, que son muy suyos, cagüenla.
Como era previsible, 17 autonomías (con 17 parlamentos con multitud de parlamentarios y demás funcionarios, numerosos organismos parasitarios, así como canonjías varias para los amigos) han transformado el invento en un churro ingobernable, y caro que te cagas, ya que ahora son muchos miles los enchufados que buscan su patrimonio a través de corruptelas y chanchullos varios, aparte de la ineficacia e ineptitud de la mayoría de tanto "político parvenu (advenedizo), mangante, analfabeto o chorizo, o todo a la vez...".
Ahora hay voces que, apelando al sentido común (que como todo el mundo sabe es el menos común de los sentidos), quieren recentralizar España. Pero todas, claro, incluso las que pidieron su autonomía basada en antecedentes histórico-culturales, como las que ni la pedían ni la merecían.
Y en Catalunya a este deseo, incontenible como la próstata, de recentralizar, hay quien opone (**) la solución de dar a las Comunidades que así lo deseen una autonomía fiscal absoluta, tanto para gastar como para recaudar. Al estilo de los Estados Federados de los USA (***).
Y a los que no les interese (o no puedan, por ser receptores netos de capitales, de "ayudas solidarias" eufemísticas) se les recentraliza totalmente y sin opción; y se les administra desde Madrid y toma España eterna.
Coronel Von Rohaut
(*) El concepto lo inventó un político andaluz y ellos vaya si se aprovecharon, al convertir Andalucía (y Extremadura), no en un país rico, que para esto hay que valer, si no en "tierra subvencionada". Que a los pobres, al pueblo, no le sirve para progresar, pero a los gobernantes, los administradores, les vale para chupar del bote todavía más, robar a manos llenas...
(**) Yo no. A mi no me interesa, ni que sea arreglando un poco los problemas de Catalunya ni superando la actual injusticia discriminatoria que sufrimos, aportar ideas para arreglar España. Yo de España solo quiero la independencia total, tener mi propio Estat Catalá, y que España se las componga como pueda; allá ellos cantando coplas ratoneras por las esquinas o torturando toros por las calles, con todos sus habitantes vestidos de toreros y de manolas.
(***) Donde los ayuntamientos y los estados se financian con los impuestos sobre las ventas (como nuestro IVA pero en cascada, menos justo), las tasas sobre la propiedad (el IBI) y los impuestos industriales y sobre los beneficios, etc.. Todos ellos libremente fijados en su cuantía por estados y ayuntamientos; lo que hace que unas ciudades sean más caras que otras y que ciertos estados, como Georgia y su capital Atlanta, atraigan la sede social de muchas corporaciones para pagar menos impuestos. Y nadie se escandaliza ni critica la falta de "unidad de mercado", tantas veces invocada por los cerdos anti-catalanes que sueñan con una España unitaria y dogmáticamente centralista, mientras que la descentralizada y libre América del Norte tiene la economía más boyante y poderosa del planeta. Por cierto, el Estado Federal (Washington DC) se financia con el único impuesto no cedido, su IRPF o Internal Revenue Tax, recaudado por el Internal Revenue Service, un organismo federal dependiente del Departamento del Tesoro (Hacienda) y del que no se salva ni Dios...
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