Escucho por televisión y con motivo de las próximas presidenciales francesas a un anterior Presidente de la Patronal Francesa (lo fue durante 8 años) y actualmente Presidente de una Patronal Europea con sede en Bruselas.
El barón Ernest-Antoine Seillière de Laborde, escritor y Enarca o sea, diplomado por la ENA (Ecole Nationale d' Administration) (*), empresario de éxito y consejero de Automobiles Peugeot.
Y lo vengo a comparar con el anterior (**) Presidente de la Patronal española, la CEOE, un tal Gerardo Díaz Ferrán, un patán analfabeto enriquecido cuando la burbuja financiero-especulativa española en que se ganaban concursos y se obtenían concesiones gracias a las amistades políticas (como siempre, por cierto), ex-propietario del mayor grupo operador turístico español que él arruinó y llevó a la quiebra (mientras presidía a los empresarios españoles), con impago total a proveedores, acreedores y empleados. Imputado judicialmente por evasión de impuestos.
¿Es España un país de pandereta? No, mucho peor. Es un país de chorizos de pandereta, algunos con notables amantes folcklóricas o del mundo de la farándula, muchos amigos de políticos "corrutos", y que casi todos se reúnen periódicamente en su club social, su casino, el palco del Real Madrid.
Coronel Von Rohaut
(*) López Rodó intentó copiar dicha institución, con una escuela en Alcalá de Henares (Madrid), de la que solo salen funcionarios castellanos chupatintas.
(**) Ahora el Presidente vuelve a ser catalán (contestado por ello en la meseta), igual que ya lo era su fundador y primer Presidente.
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