"Don Tancredo"

Hace cuatro días el sr. Rajoy, cuando fijó la tasa del déficit anual español, a la pregunta si lo había consultado con sus homológos europeos dijo, altivo y con una sonrisa de suficiencia, que no, que faltaría más, ya que era una decisión soberana de España.

Ahora, con el agua al cuello y el sistema financiero español (aquel que el otro, el subnormal del Zapatero, aseguraba tampoco hace tanto que era el mejor, que digo de Europa, del mundo) en quiebra, necesita la ayuda de Europa.

Pero le exigen que se rebaje a pedirla y él, orgulloso español por un lado, pero también con los cojones por corbata frente a las cesiones de soberanía que le van a exigir, tanta que él ya casi no pintará nada, se resiste como gato panza arriba. Quiere que se la den sin nada a cambio; estúpido o infantilmente obcecado (*). Una "ayuda blanda", clama. Y espera a decidirse, alegando excusas de mal pagador, como siempre hacen los españoles (he escuchado las razones que dan, tanto la viceprimer ministro, la Soraya, como la secretaria del partido, la Cospedal; de risa si no dieran pena y vergüenza ajena).

Las voces de Bruselas, de la Merkel, del Hollande y hasta del Obama, claman diciendo que el rescate ha de realizarse ya, antes que sea demasiado tarde o peor.

Pero el "Don Tancredo" galaico-castellano o gallego renegado, aguanta impávido. Ya me gustaría verle los calzoncillos... y lo que sigue aguantando sin cagarse del todo y patas abajo.

Coronel Von Rohaut

(*) Igual cree que los europeos son como los catalanes, que pagamos siempre sin recibir nada y nos callamos como unos cobardes que somos. La Merkel, no.