La inmobiliaria no fue nada en comparación a la futbolera, cuando se destape (*).
Todos los clubs (o casi) están en quiebra técnica, entrampados hasta el cuello y con deudas millonarias a la Seguridad Social, Hacienda, etc. Que si se les reclamase con apremio tendrían que cerrar; y que si la ley se aplicase, muchos de ellos tendrían, como mínimo, que bajar de categoría. Lo que mucha gente no aceptaría y se podrían producir altercados y frustraciones de índole sociológica.
¿Que hará el gobierno de turno?
Nada, como hasta ahora...
Coronel Von Rohaut
(*) No en valor total económico, pero sí en posibles trastornos sociales.
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