Una exposición, en Barcelona, de máquinas de fotografiar antiguas, o no tanto, viene a recordar que antes de la actual fotografía digital que ha revolucionado y simplificado el arte u oficio de la captación de imágenes, al no tener que usar y recambiar películas para soporte químico (invento de Kodak que ya supuso un gran adelanto sobre las anteriores "placas") y poder almacenar gran cantidad de tomas en un "chip" o tarjeta, sin tenerlas que revelar y pudiendo verlas a medida que se toman, ya existía una importante industria de óptica y fotografía.
Y antes que existieran, en formato y sistema antiguo, las actuales máquinas japonesas que fueron las primeras en pasarse a los nuevos métodos digitales, como las Canon, Nikon, Olympus, Fujica, etc. y que ya supusieron un avance en su calidad y modernización junto con las Yashica, Konica, Minolta, etc., algunas desaparecidas o que abandonaron el ramo de la fotografía y se dedicaron a otros apartados de la óptica, eran famosas las marcas europeas y americanas pero, sobre toda, alemanas.
Y a la extensa gama, para todos los gustos y bolsillos, de la americana Kodak, se encontraba la muy exclusiva Foca francesa, la magnífica Hasselblad sueca y, especialmente, las magníficas creaciones alemanas como la Leica (en la imagen y durante muchos años el icono del fotoperiodismo o reporterismo gráfico), Zeiss Ikon, Rolleiflex y Rolleicord, Voigtländer, etc. Algunas aún existentes pero algunas fabricadas en el sudeste asiático y otras, sencillamente, desaparecidas o que sus empresas se han especializado en otros apartados de la óptica industrial o médica.
Coronel Von Rohaut
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