Dentro de poco ya habrá transcurrido un año (¿será que el tiempo me pasa volando?) y volveremos a ver el desfile nacional del 14 de Julio, la fiesta nacional francesa que conmemora la toma de la cárcel real de
la Bastilla, una fortaleza que fue atacada por las turbas revolucionarias y, después de liberar a sus seis presos políticos y encerrados por orden del Rey sin juicio previo y como era habitual (pero tampoco eran tantos...) la incendiaron.
Fue el inicio de la Révolution y la fin del Ancien Régime. Y un punto de inflexión en la historia del mundo.
En la imagen del pasado año y en los "Champs Elysées" se observa como las fuerzas que desfilan, se dividen en dos al llegar frente a la tribuna presidencial situada en la "Place de la Concorde", a la que rodean por ambos lados.
Excepto la Légion Étrangère que, además de ser la única que desfila con su propio paso más lento y cadencioso y con su propia banda de música, gira en columna única hacía un solo lado ya que es tradición que "la Légion no se divide nunca", ya que es "una e indivisible".
Coronel Von Rohaut
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