Fíjate tu como, de la manera más tonta, ya hemos llegado al primero de agosto.
Si yo trabajase, como hice durante la mayor parte de mi vida, (pero también durante los primeros años de mi jubilación), hoy estaría contentísimo al empezar las vacaciones estivales e irme, con la familia, a la playa (bueno, en realidad, yo hacía las vacaciones en julio...). A un apartamento en la Costa Brava primero (*) o, luego y durante varios veranos, a un chalet o casa de campo en Ciutadella (Menorca), y de vuelta a la Costa Brava, a un apartamento en Calella de Palafrugell hasta hace muy poco.
Pero ahora ya no es más que un puto día cualquiera, de un año cualquiera de una vida cualquiera, en su pendiente final...
Coronel Von Rohaut
(*) Intercalados con viajes al extranjero con mi esposa y algunos con matrimonios amigos.
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