Los que han intentado explicar que Vincent Van Gogh se cortara la oreja por culpa de los trastornos mentales que le causaban sus dudas existenciales, olvidan que el genio de la pintura impresionista de finales del siglo XIX vivía inmerso en los vapores alcohólicos de sus continuas libaciones de absenta mientras residía en el sur de Francia.
Coronel Von Rohaut
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