Alguien habla hoy del "sentido prusiano" que, del poder, tiene el PP (y yo añadiría que, en cierto aspecto o para según qué circunstancias, también el PSOE, o sea, todo el nacionalismo hispano-castellano).
Sentido del poder que consiste en aglutinarlo todo, el ejecutivo, el legislativo y el judicial, en uno solo, único, prepotente y déspota (*).
Luego cuando, ante las peticiones catalanas de derecho a independizarnos o, hasta solamente, a decidir, a votar, toda la negativa del gobierno central se basa, tan solo, pero de forma cerril, en "la Constitución , las Leyes, no lo permiten", yo me pregunto, inocente de mí ¿Qué Leyes?
¡Ah sí! Las de las que ellos mismos se han dotado para disponer de un poder omnímodo que defienda, blinde, sus intereses ultranacionalistas, centralistas, infames y excluyentes, frente a los de los demás...
¡Y viva la democracia española y la puta que la parió!
Coronel Von Rohaut
(*) Ya hace años, un insigne jurista (perdón, solo político y charlatán) andaluz y sociata, el Alfonso Guerra, había anunciado la muerte de Montesquieu...
Y, consecuentemente, ya hace años que los catalanes hubiéramos tenido que separarnos, escapar a uña de caballo, de esta caricatura de Estado de Derecho que es esta república bananera llamada España (léase Castilla).
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