A los que se la cogen con papel de fumar y se escudan en unos supuestos valores morales para oponerse a una inversión colosal, la de Barcelona World, que con la construcción de hoteles, casinos y, sobre todo, salas de congresos que, al lado de Port Aventura, si funciona atraerán a miles de nuevos turistas y añadirán pudientes congresistas de multinacionales con alto poder adquisitivo (*), les digo que no se opongan a las necesidades de negocio e inversión de Catalunya (que para sí quiso Madrid, y lo perdió...).
Y a los gilipollas que, llenos de buenas intenciones, afirman alto y fuerte, que Catalunya necesita otro modelo económico (lo que yo apoyo y aplaudo) que no sea el basado en el turismo, el juego y el ocio (lo que no es, en absoluto, incompatible pues se pueden hacer varias cosas a la vez y lo uno no ha de quitar ni impedir lo otro). Que proclaman que otras deberían ser las pautas de su crecimiento económico y exigen más industrias tecnológicas y más inversión en I+D, les digo, con todo el cariño del mundo: "¿Vale, chato, cuando las instalas, cuando empiezas, cuando las traes, cuando abres?"
¡Que no es lo mismo predicar que dar trigo...!
Coronel Von Rohaut
(*) Que este es el gran negocio de Las Vegas (imagen superior), con el juego y la prostitución solo como gancho... O como Singapur (imagen inferior) que además es un gran centro mundial financiero y de negocios...
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