Y la que me sabe, casi, más mal. Van a sacrificar al perro, "Excalibur", del matrimonio de la enfermera contagiada. De momento, al estar el marido, ahora sí y a buenas horas mangas verdes, hospitalizado y en cuarentena, el perro, un perro mediano mezcla de pastor alemán, ha quedado solo en el domicilio, la casa familiar. Y los vecinos se han quejado y aquí lo puedo entender, pues el animal estuvo en contacto con su dueña infectada.
Pero, pobre bestia, no tiene ninguna culpa. Los que tienen culpa son los dirigentes hospitalarios, las autoridades que, al día siguiente de fallecer el paciente, dejaron salir a la enfermera y que se fuera de vacaciones...
¿Alguien va a sacrificarlos, a ellos y no por castellanos, si no por ineptos...?
Coronel Von Rohaut
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