Y como ya es usual y nos hemos ido acostumbrando.
El aeropuerto de Barcelona-El Prat, en los últimos 12 años ha triplicado sus rutas internacionales de vuelos directos.
Hace algunos años, la compañía aérea de bandera española y que pagábamos entre todos, Iberia, clausuró todos sus vuelos desde Barcelona para concentrar toda su actividad (importante con América del Sur) en Madrid-Barajas, en una decisión claramente política (y cuando todavía no nos queríamos independizar o sea, que es al revés, no nos niegan inversiones porqué nos queremos ir si no que nos vamos por las humillaciones y falta de inversiones del gobierno central en Catalunya desde hace décadas; los agravios comparativos).
Pero gracias a compañías extranjeras que entienden la importancia comercial de la capital catalana, estas rutas se han ido extendiendo todo y a pesar de los innumerables obstáculos que nos pone el gobierno castellano. Por ejemplo, una compañía noruega no puede abrir, como quisiera, una línea directa Barcelona/Tokio porqué en el acuerdo estatal con Rusia para sobrevolar su territorio (imprescindible en esta y otras rutas), solo pueden hacerlo aviones con salida o destino desde Madrid-Barajas (*); Barcelona queda excluida por decisión del gobierno central y centralista castellano (su obsesión radial que todo pase por y desde el centro no se circunscribe a carreteras, autopistas y líneas de ferrocarril nacionales, si no que se extiende a las rutas internacionales aéreas ¡hostia puta...!).
Coronel Von Rohaut
(*) Algunas compañías importantes pueden saltarse esta prohibición española al tener acuerdos propios y bilaterales con Rusia.
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