Ayer fue una noche mágica para el Barcelona y Andrés Iniesta no podía haber soñado una mejor despedida para él, que hizo un gran partido, marcó un gol y fue aplaudido por todo el campo, incluida la afición contrincante (y se lo merece).
Pero la prensa hispana se escuda en este despido a Iniesta para no resaltar que para el Barcelona es su 30ª Copa de España, la 4ª consecutiva, que hizo un partido para encuadernar y pasó, literalmente, por encima de un Sevilla, que no es mal equipo. Pero el Barça de Messi, cuando se lo cree como ayer (y no como en Roma) es el mejor equipo del mundo y practica un juego excelso...
Coronel Von Rohaut
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