Y en Montreal, capital del Québec, las iglesias se transforman en gimnasios (arriba la capilla de Saint Jude) o en restaurantes.
Si la gente ya no acude a rezar ni a confesarse (*), alguna función hay que darles o los edificios...
¡Pero, por Dios, no dejemos que sean reemplazados por mezquitas y otros lugares de adoctrinamiento islamista o musulmán, retrógrado, fanático y mahometano...!
Coronel Von Rohaut
(*) Que excelente terapia que era la confesión. como antecedente, y gratis, del "psicoanálisis" freudiano que consiste, simplemente, en escuchar y dejar que el paciente se libere de sus fantasmas al explicarlos en voz alta.
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