En estos momentos y gracias a las abundantes lluvias de primavera y al fuerte sol veraniego, las vides presentan un aspecto glorioso y la previsión para la vendimia de este años es muy favorable.
El peligro que acecha es, como cada año, que las tormentas de finales de verano, con traidoras granizadas poco antes de la vendimia, arrasen con las esperanzas de una buena cosecha.
Como decía un labrador de Santpedor, un "pagès" amigo mío: "¡Aigua per la mort de Deu, que de ví ja en collim!". Pero se refería a lluvia, no a granizo...(*)
Coronel Von Rohaut
(*) Y esto lo decía cuando en el pueblo todavía quedaban muchas viñas. No como luego que las arrancaron todas por dos o tres motivos, a saber:
a) La paulatina y progresiva desaparición de "la pagesía". Las fabricas y no precisamente textiles como antes, han ocupado el territorio. Antiguamente las esposas e hijas de los payeses se sacaban un sobresueldo en las numerosas fabricas textiles de la población, que por ello, por esta economía dual y complementaria, era bastante rica y sus gentes acomodadas.
b) La mayor rentabilidad y comodidad del cultivo de cereales por su fácil posibilidad de mecanización.
c) Que el vino de la comarca, obtenido de vides "Picapoll blanca", era de muy baja calidad.
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