Cruzar del Pacífico al Atántico por el sur de la Patagonia argentino-chilena, pasando el estrecho de Magallanes en un buque a vela, debido al fortísimo viento imperante (entre las latitudes 40 y 50º) (*), las duras corrientes y la mala mar era, en tiempos de la marina de vela, una de las aventuras mayores que podían correr los marinos
y los que lo habían culminado gozaban de tres privilegios, en principio vetados a los demás marinos:
- Llevar un aro o pendiente en la oreja derecha.
- No tener que descubrirse ante el rey (poder permanecer con el casquete o gorro puesto frente a cualquier autoridad).
- Permitido mear desde la proa del buque y de cara o contra el viento.
Lo ultimo sería para poder mostrar tu hombría pero, si alguien no me lo explica, no le veo el privilegio ya que el que tal hace es el primero en mojarse la cara con sus meados...
Coronel Von Rohaut
(*) "Los cuarenta rugientes", en inglés "The roaring forties", son unos vientos que soplan en aquellas latitudes y formados por el efecto Coriolis.
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