Siempre se había sabido la gran labor que había llevado a cabo, durante la IIGM y en los tenebrosos pasillos de la conspiración, la alta diplomacia y el espionaje internacional, el entonces embajador de la Gran Bretaña en Madrid, Samuel Hoare.
Pero ahora y con la desclasificación de documentos secretos de la época, en el Reino Unido, se ha conocido su influencia y papel decisivo para que España no entrara en la guerra al lado de Hitler, para lo que sobornó con miles de dólares, a notables generales del Régimen e incluso al hermano de Franco (cuya actividad posterior en la gran estafa del "aceite de Redondela" ya había dado la medida de la catadura del "hermanísimo").
Y me encanta saber que grandes próceres del españolismo, altivos generales ultranacionalistas españoles, de aquellos que se llenan la boca con el altisonante "Todo por la Patria", no son más que unos vulgares corruptos, dispuestos a venderse por un buen puñado de dólares, como cualquier bandolero de Sierra Morena.
¡Viva España!
Coronel Von Rohaut
(PS) En la época, España, país oficialmente neutral, era una plataforma, una encrucijada de espías de ambos bandos, pero en la que los alemanes campaban libremente, hasta que la guerra empezó a decantarse hacía el lado aliado.
Lo de venderse, mi coronel, sale en todas partes.
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