Lo cual es radicalmente falso por una muy sencilla razón: no existen ni sociedades, ni colectivos/estados/naciones, ni personas bilingües.
Lo que existen son ámbitos en los que coexisten, cómo vecinos o mezclados, individuos que hablan distintas lenguas. Pero cada uno la suya, indistintamente que puedan conocer y eventualmente hablar una o más de las de sus vecinos o convecinos.
En Suiza, paradigma de sociedad civilizada y democrática, viven personas que hablan cuatro idiomas distintos: el alemán (o un dialecto del mismo), el francés, el italiano y el romanche (rético o grisón). Y los cuatro son oficiales en todo el territorio suizo si bien cada territorio utiliza el suyo y sólo el suyo (*), independientemente que conozcan alguno o todos los otros y lo/s utilicen cuando la otra persona no domine el correspondiente.
Por ejemplo, cuando yo iba a Zurich, en la Suiza germano-hablante, la persona que me recibía aceptaba, sin ningún asco, que yo le hablara en francés y en dicho idioma, con mejor o peor acento, me contestaba, ya que soy negado para el alemán. Pero a mi alrededor todo, absolutamente todo, estaba escrito y rotulado en alemán y sólo en alemán (rótulos comerciales, letreros, informaciones, nombres de calles, rótulos de autopistas, etc.) a pesar que el francés (y el italiano, etc.) fuera totalmente oficial en Zurich ya que lo era en toda Suiza. Y exactamente lo mismo, sólo que al revés, ocurría en Ginebra o Lausanne.
Ni el país es bilingüe, ni trilingüe ni cuatrilingüe; ni lo son las personas. Tan sólo todas las lenguas son oficiales, iguales y respetadas (y en gran parte conocidas) y cada cual utiliza la suya sin ningún problema. Y ¡ah, españolitos de mis cojones!, funciona de puta madre.
Porqué España es otro cantar. Pero tampoco Catalunya es bilingüe. La lengua materna y propia de Catalunya es el catalán, idioma tan antiguo y de la misma matriz latina que el castellano. Y en Catalunya hay personas que en lugar de hablar el catalán hablan el castellano porqué del área castellano-parlante han llegado: bien cómo invasores, atacantes y ocupantes (militares, funcionarios y diversas "fuerzas de ocupación" arribadas en distintas y escalonadas épocas) o bien cómo inmigrantes económicos.
Y estos "venidos de fuera", algunos asentados ya desde hace varias generaciones, no han adoptado el catalán:
- Porqué no les ha sido necesario ya que aquí les hemos comprendido (no cómo los que tuvieron que emigrar a Alemania que, si no aprendían a decir "kartoffel", no comían) o porqué por su ubicación en "ghetos" o barrios de acogida (Santa Coloma, Cornellá, Hospitalet, etc.) han seguido viviendo "entre ellos".
- Porqué ya desde el Siglo XVII y el Conde-Duque de Olivares, pero especialmente desde el rey-borbón Felipe V, todos los esfuerzos (**) del gobierno central y castellano se han dirigido a eliminar la lengua y costumbres catalanas para imponer, por la fuerza de las armas y el dominio político, social y demográfico, la lengua castellana.
Las personas pueden conocer y utilizar uno o varios idiomas, pero no son bilingües pues siempre, uno de ellos, es el natural y propio. Y es fácil saber cual de ellos: el que se utiliza para rezar (los que rezan) o para contar (calcular y hacer operaciones aritméticas mentalmente), es el materno y usual.
Y si el escritor Juan Marsé, barcelonés de nacimiento, utiliza la lengua castellana para trabajar y no siendo un "españolista" cómo no creo que sea (***), es porqué, al igual que yo y salvando todas las distancias posibles, no debe dominar suficientemente o con la necesaria calidad y precisión, el catalán escrito (****). Por culpa de una enseñanza impuesta, discriminatoria y genocida hacía la cultura catalana, que estaba proscrita y, ya después, una cierta pereza o decisión libre y personal.
Cómo tampoco es bilingüe la puta "Vanguardia", que sólo usa el castellano, la lengua del vencedor opresor e imperialista.
Coronel Von Rohaut
(*) Salvo el romanche, que está en franca recesión debido a las pocas personas que lo hablan en unos de los cantones menos poblados de Suiza. Y en los que sus habitantes se están pasando, voluntariamente, al vecino alemán a pesar que el romanche es una lengua de raíz latina. Y una persona que yo conocía, a mi me hablaba en un perfecto francés, pero ésto tan sólo es cultura o formación...
(**) Para los incautos y simples que todavía lo dudan o no acaban de creerselo, existen, en los archivos históricos, las leyes y "providencias reales" dictadas a tal fin.
(***) Que tampoco catalanista, en lo que está en su perfecto derecho, faltaría más.(****) Ni, en mi caso y ¡pobre de mí!, el castellano, ni el francés, ni el inglés, ni el italiano...
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