Contaba que en España (y hoy lo recuerda un artículo de prensa) siempre se había producido la "ocultación de patrimonio" para eludir los impuestos, lo que obligaba al Gobierno a imponer unas tasas muy altas para equilibrar la recaudación total.
En Catalunya no se daba esta "ocultación de patrimonio" y los catalanes aceptaban los impuestos exagerados en el bien entendido que, de facto, se aplicaban sobre unas tasaciones inmobiliarias artificial y anormalmente bajas.
Pero en un momento dado el ávido gobierno central exigió recalificar el catastro de fincas a su precio real de mercado lo que, de seguir pagando los impuestos existentes sobre unas fincas revalorizadas, hubiera significado para los catalanes tener la presión fiscal más alta de Europa. Y añadía Crexells "sin hacer mención que, comparativamente, toda modificación de los impuestos tiene en Catalunya una repercusión muy superior a la del resto de España" (*).
¡Cagüendiez, tío! Que esto se escribía en 1925 y seguimos igual o peor. Claro que nos queremos independizar, hispano-castellanos chorizos de mierda...
Coronel Von Rohaut
(*) Es por aquella verdad que muchas veces se le escapa a algún político catalán contemporáneo cuando exclama "es que en el resto de España nadie paga los impuestos". Y le contestan los andaluces ofendidos: "¡todos los españoles tenemos los mismo impuestos!"; pero lo cual no asegura que los paguen todos. La evasión, la "ocultación" en Castilla y Andalucía es masiva... y lo peor es que allí no funciona la inspección fiscal. El Ministerio de Hacienda, el Gobierno, ya deja que le roben, mientras sigamos pagando los catalanes...
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