Hace poco y en tertulia en el club, me tuve que enfadar y hasta pegarle un grito a uno de mis contertulianos y decirle "¡Basta ya, cojones, con el "caso Palau!".
"¿O es que no conocéis, o quizás es que no los hay, más casos de corrupción política en Catalunya que éste?"
Porqué estaba yo relatando los innumerables e incontables casos de fraude y corrupción del PP, tanto en Madrid como en Valencia (región donde se han dado el mayor número de corruptos por metro cuadrado), a saber: los multimillonarios casos Gürtel, Bárcenas, Fórmula Uno, Copa América, Fabra y su aeropuerto, Bankia, Púnica, y tropecientos más que van saliendo a diario y cuyo nombre ya casi se me escapa, y solo supieron contestarme "¿Y el caso Palau en Catalunya, qué, eh?".
Ahora acaba de saltar el caso de "Acuamed", una empresa estatal donde, con la concesión y construcción de depuradoras de agua, se han robado una cantidad ingente de millones y en la que está implicado un Secretario de Estado colaborador cercano de la vicepresidenta Soraya, que ya ha dimitido y, al parecer, el anterior Ministro Arias Cañete, el que pilotaba el Plan Hidrológico Nacional.
Porqué quiero recordar que estas obras de "Acuamed" estaban relacionadas con las infraestructuras puestas en marcha por el presidente Aznar para robarnos el agua del Ebro a los catalanes (*).
Y hoy acaba de saltar otra macro redada policial para alumbrar toda una red mafiosa que ha afanado miles y miles de euros, en la que están implicados gran parte de los dirigentes (los todavía no detenidos por otros casos) de la Cúpula del PP en Valencia, especialmente el ex presidente de la Diputación, Alfonso Rus y, casi seguro, la misma ex-alcaldesa, ahora senadora y otrora todopoderosa Rita Barberá.
¿Van a sacarme otra vez el "Caso Palau", que significaba una ínfima cantidad de dinero y ocurrido casi en la prehistoria?
¡Pues anda ya, que se vayan a la mierda España y todos los personajes españoles chorizos, que son mayoría!
Coronel Von Rohaut
(*) Y llevársela a Levante, para regar campos de golf en Murcia y Alicante y, al reducir el aporte de agua dulce en el delta del Ebro, acelerar la salinización de las aguas superficiales y subterráneas del río (por la entrada invasiva de agua de mar), retrasando (por la reducción de aporte de sedimentos) y arruinando el mismo delta y toda la rica agricultura intensiva del mismo (en las imagenes).
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