¡Dios mío qué habremos hecho los barceloneses para merecer esto...!
La recién reelegida señora alcaldesa, cuyo nivel intelectual debe rozar el cero patatero, en lugar de pedir, exigir, que se aumenten los controles y se pongan filtros (lo que es posible) para reducir la contaminación atmosférica de la ciudad, pide que se limite la llegada de cruceros turísticos al puerto de Barcelona y se reduzca la actividad del aeropuerto (*).
Esta buena señora debe desear transformar Barcelona en una pequeña ciudad de comarcas y que sus millones de habitantes (ciudad y área metropolitana) vivan de vender pirulís y chupa-chups a los niños de barrio.
Coronel Von Rohaut
(*) Cuando toda la gente razonable se lamenta que Madrid, para favorecer el tráfico de Barajas, limite política y malvadamente la expansión natural de El Prat...
viernes, julio 05, 2019
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