Cazados, masacrados, exterminados por la destrucción de sus hábitats y la reducción de sus zonas aptas para su supervivencia, empujados por la desatada e invasora demografía humana y su ansia depredadora. Me refiero a los grandes simios, nuestros primos de especie.
Si yo mandara, mi país exigiría la conservación y protección especial de los gorilas de montaña, los orangutanes y los chimpancés. Y rompería relaciones diplomáticas y comerciales con aquellos países, salvajes, que no respetaran los protocolos conservacionistas. (*)
Ya sé que hay muchos otros países que no respetan los derechos humanos de las personas; pero, todo y siendo lamentable y digno de atención, éstas tienen mas oportunidades de defenderse o, en ultima instancia, de emigrar. Y la especie humana no está en peligro de extinción ni mucho menos; antes al contrario, somos muchos y quizás hasta demasiados... Sí, demasiados.
No así los pobres homínidos, parientes lejanos nuestros, en vías de extinción todo y tener y mostrar sentimientos y compartir muchas semejanzas, genéticas y hasta de comportamiento, con nosotros. Pero abocados a la desaparición precisamente por culpa nuestra y muchas veces con dolor y sufrimiento.
¡No, yo no les abandonaría a su triste suerte...!
Coronel Von Rohaut
(*) Lo que nunca sería óbice para la protección de otras especies también en peligro de extinción.
domingo, febrero 09, 2014
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