En la guerra civil española, derrotado el bando republicano por las fuerzas nacionales y fascistas, el señor Franco, el general "con la espada más limpia de Occidente" que decían sus panegíricos y aduladores, ordenó fusilar miles de vencidos, muchos de ellos sin causa...
Luego, cuando ETA mataba y ponía bombas, los españoles les dijeron a los vascos (y a otros...): "Sin violencia, todo es negociable".
ETA dejó de matar (ya hace años que hizo efectiva su tregua), pero entonces les dijeron que esto ya no era suficiente: "Ahora tenéis que desarmaros".
Ahora ofrecen desarmarse y entregar todos sus zulos, mayormente en el sur de Francia, y los mismos malnacidos españoles les dicen que tampoco ya no es suficiente: "Ahora tenéis que disolveros".
Y cuando, en busca de la concordia, se disuelvan, les dirán que ya no es bastante, o que ya es demasiado tarde: "Ahora tenéis que arrodillaros".
Pero si acceden a arrodillarse, muy soberbiamente les dirán: "Ahora tenéis que suicidaros, auto-inmolaros en el altar de Castilla y entonces ya seréis libres..." ¡Quizás...!
Y como que a los catalanes no pueden decirles ni que dejen de matar y poner bombas, ni que se desarmen, ni que se disuelvan, pues el señor Rajoy, Don Mariano, no para de repetir siempre el mismo "mantra", como una canción encadenada que, ésta sí, tanto le sirve para vascos guerreros como para catalanes pacíficos: "No tengo por qué dar nada y no daré nada por nada ni a cambio de nada".
Y los pobres estupidos catalanes que predicaban, algunos (no ya ingenuos si no auténticos débiles mentales o directamente traidores a Catalunya) todavía hoy, un acuerdo con el gobierno central, no ya un "pacto fiscal" si no unas simples mejoras visibles en la financiación de Catalunya (tantos años robada y expoliada), una vez más se quedan sin plumas y cacareando, con el culo al aire y las vergüenzas al sol...
¡Que España y yo, somos así, señora...!
Coronel Von Rohaut
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