Yo siempre me he reído de las manifestaciones de futbolistas y rockeros o folklóricas varias que, por miedo a mojarse unos y por incapacidad de pensar o hablar los más, eluden casi siempre toda manifestación política o similar. Y cuando se enfrentan a un "micro" sólo saben soltar unos topicazos o lugares comunes de padre y muy señor mío.
El futbolista Oleguer, en cambio, ha escrito un artículo en el que, estés o no de acuerdo con su posicionamiento político, posiblemente un poco pro-batasunero, sólo ha expuesto un hecho incontestable: unas mismas leyes, aplicadas por unos mismos jueces sobre delitos parecidos, según quién sea el imputado, un etarra o un coronel de la Guardia Civil merecen, por parte de la justicia de España, interpretaciones diametralmente opuestas, lo cual, en uno u otro caso, digo yo, sería delito de prevaricación.
Y Oleguer lo ha expuesto en su artículo, en un periódico comarcal (yo le he leído), mucho mejor que muchos periodistas o gentes de letras...
Pero no veas las reacciones. Voy a centrarme solamente en las contrarias. Las más benévolas se limitan a decir que un futbolista no tiene que expresar ideas políticas.
¿Puede alguien decirme porqué? ¡O que puede expresarlas, pero como particular y no como jugador del Barcelona! Entonces ¿que tiene que hacer, callarse hasta que se jubile...? ¿o aplicarse la autocensura como bajo la Santa Inquisición? Anda ya...
Luego están los análisis de los de siempre, los Losantos y compañía (y en esta compañía incluyo la mayoría de periodistas y voceros mesetarios), que no repito porqué no merece la pena malgastar mi capacidad dialéctica contra estos zánganos, panfletistas, pesebristas de los fondos de reptiles, fundamentalistas de la España profunda y talibanes varios.
Pero me ha hecho gracia la respuesta, profunda y razonada, de otro futbolista, Salva Batalla, ultraderechista confeso e hijo de militar (él mismo, posiblemente, militar frustrado porqué, para ser piloto de aviación como su padre y no tener que ganarse la vida a patadas, hay que tener otras capacidades intelectivas de las que él, barrunto que carece).
A la pregunta de qué le parecían las manifestaciones de Oleguer, haciendo gala de una capacidad dialéctica refinada y en lugar de rebatir a su colega de forma razonada y argumentada, se ha limitado a contestar que "Oleguer me merece menos respeto que una caca de perro".
¡Esto sí que es tener nivel...macho...! No lo supera ni René Descartes con su "Discurso del Método", ni Emmanuel Kant con su "Crítica de la Razón Pura".
Coronel Von Rohaut
martes, febrero 13, 2007
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