Ha escrito y habla de las salvajadas de un militar colonialista español de principios del siglo pasado y seguro que son ciertas y execrables. Lo escribí aquí no hace mucho o sea que me repito un poco. Pero este antropólogo, radical de izquierdas y que dice trabajar en la Universidad Estatal de Guinea Ecuatorial, por lo que debe estar chupando del bote del Obiang, en ningún momento habla de las salvajadas presentes del dictador negro, una de las fortunas mundiales y cuyos hijos se pasean en Ferrari o Lamborghini por Europa, mientras su pueblo sigue hundido en la mas profunda miseria.
Miseria que les lleva a comer lo que explica el antropólogo y que él dice haber probado también, lo que es bueno para su estudio. Pero seguro que si los pobres guineanos tuvieran dinero y suministro de ternera y pollos, dejarían gustosos de comerse sus ¡gatos!, además de reptiles y cucarachas.
También dice el antropólogo haber comido orangután y chimpancé:
- Es posible que este antropólogo haya viajado a otros países, cómo a la selva de Indonesia, además de África. De lo contrario sería falso que haya comido orangután, que no está ni ha estado jamás en África.
- Además celebraría que así fuera ya que de lo contrario, este antropólogo, además de serlo, también sería un hijo de puta, por comerse tanto orangutanes cómo chimpancés, ambos muy cerca genéticamente del hombre y de los que se conoce que tienen sentimientos, quizás no pueda decirse que humanos, pero sí ¿humanoides? Por lo que comérselos se acerca al antropofaguismo. Además de ser animales protegidos por la ley al estar al borde de su lamentable extinción.
Y cómo muchas veces, el periodista, al que habitualmente me gusta leer y ver por la tele por ser agradable, gracioso y culto, en ningún momento apela o pide aclaraciones al entrevistado, cuando éste cae en contradicciones o afirma haber realizado acciones que, por lo menos a mí, me parecen contrarias a lo que debería ser la doctrina de un buen antropólogo y radical de izquierdas, cómo es esforzarse o luchar para evitar la desaparición de seres vivientes, en vez de comérselos, cómo un salvaje. Porqué el estudio de una tribu humana no ha de favorecer, ni precisa, la muerte de un primo nuestro.
Coronel Von Rohaut
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