Hace años leí un libro, de espionaje, que a la manera del "En un lugar de la Macha de cuyo nombre no quiero acordarme...", tenía el siguiente arranque:
"Si un domingo por la tarde estáis, en vuestra casa, tristes y aburridos, podéis intentar leer un libro, iros al cine de la esquina, o subir al desván a pegaros un revolcón con vuestra joven prima. Pero, por nada del mundo, se os ocurra ir a Montevideo"
Yo hacía poco que había visto el film "La batalla del Río de la Plata" y me extrañó que el autor del libro pusiera como ejemplo de aburrimiento una ciudad que había sido escenario de un hecho militar histórico como fue el zabordaje o hundimiento del acorazado de bolsillo alemán, "Admiral Graf Spee" (*) que fue el único de los tres (junto con sus buques hermanos de la Kriegsmarine, "Admiral Scheer" y "Lützow"), derrotado por la Royal Navy de Su Graciosa Majestad, si bien no a cañonazos si no con artimañas de Inteligencia Militar. Supuse que la mala leche del escritor se debía a una mala experiencia personal, quizás una aventura sentimental que acabó mal en dicha ciudad sudamericana, lo que siempre marca y deja recuerdos amargos.
Años después tuve oportunidad de visitar, por motivos profesionales, la ciudad de Montevideo, a la que llegué en un corto vuelo aéreo sobre el Río de la Plata desde el cómodo "Aeroparque" de Buenos Aires hasta el viejo "Aeropuerto Carrasco" (**) . Efectivamente, no tenía nada que ver, nada que visitar, nada que resaltar. Era aburrida, pero no más que una tarde cualquiera de un día cualquiera en Teruel, y el único "divertimento" de mi estancia fue ser invitado al "Country Club" donde, después de grandes controles en la entrada ya que recientemente había sufrido un atentado de los Tupamaros (la guerrilla izquierdista de entonces y paralela a los Montoneros argentinos; eran tiempos de turbulencias), degusté un asado de res en su restaurante exclusivo; un excelente asado pero ni mejor ni peor que los que se pueden disfrutar en Argentina.
¿He dicho ya que soy un conspicuo comedor de carne, un carnívoro militante y practicante?
Pero la frase del inicio del libro aflora periódicamente sin saber el porqué, ni por qué me quedó grabada en los recovecos de mi cerebro. Ni entiendo las extrañas circunvoluciones y conexiones mentales que hacen que un dato, una palabra, un recuerdo, actúe cual Rio Guadiana. Como hoy que me ha salido al ver un soso y aburrido partido de fútbol entre México y Uruguay.
Coronel Von Rohaut
(*) En la foto, ardiendo después de su voladura. En la película citada, el papel del "Graf Spee" lo hacía el destructor pesado americano "USS Columbus" (de la clase Baltimore) o bien el "USS Des Moines" (me confundo a veces), si bien a los dos los pude visitar cuando estuvieron, por separado y en los años 50, en el puerto de Barcelona, y cada uno de ellos como buque insignia de la 6ª Flota del Mediterráneo.
(**) Actualmente totalmente renovado, así como los paseos y playas, modernos edificios, zona de ocio nocturno en el centro antiguo, etc. Y, al parecer, la ciudad con menor índice de criminalidad de toda América del Sur y mejor calidad de vida. A cada uno hay que reconecerle lo suyo. Pero cuando yo estuve era vieja y decrépita.