Viendo un documental, por la tele, sobre la preciosa y civilizada Toscana (cipreses y ondulaciones toscanas, en la imagen inferior), donde cada población es un monumento, me ha venido a la memoria una anécdota, ínfima y sin importancia.
Y es que yo no había oído hablar nunca de San Gimignano, desconocía su existencia y su importancia histórico/artística. Porqué yo he sido siempre mucho más francófilo que italianizante... y porqué, maldita sea ¡son tantas las cosas que ignoro...!
Pero en un viaje de vacaciones con mi esposa, la Pili y, precisamente, con motivo de nuestras Bodas de Plata en que visitamos Venezia, el Lago de Garda, etc., paseando tranquilamente en coche por aquella magnifica región, cuna del Renacimiento, saliendo de Siena fuimos a parar frente a aquella Tarjeta Postal de piedra viviente (*): San Gimignano.
Y, lo voy a decir en catalán ya que en castellano no suena igual, quedamos "embadelits i bocabadats" (embelesados y boquiabiertos).
Pero es que por más años que vivas, nunca podrás ver todas las bellezas del mundo... (¡sobre todo si no eres un asqueroso multimillonario...!)
Coronel Von Rohaut
(*) Que como casi todas las "tarjetas postales" esparcidas por el mundo, como Rupit y el núcleo gótico de Pals, en Catalunya, etc., aún que no todas lo sean, quedan como un poco artificiales o reconstruidas, como Carcassonne pongo por ejemplo, que no es más que un bello decorado de cine...
jueves, agosto 14, 2014
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