Como no podré participar en vivo y en persona, sigo por las televisiones las horas previas a la gran manifestación de hoy, la "V", Uve de votar, de victoria.
Y me emociono viendo, en estas horas del mediodía, los miles y miles de catalanes que, procedentes de los cuatro puntos cardinales del país, en grandes motos, en coches particulares, en trenes y en autocares y buses (en muchas comarcas catalanas los autocares se agotaron y hubo que traerlos de fuera, de Aragón y hasta de Perpiñán), irrumpen en el centro de la urbe barcelonesa, de la capital de Catalunya, en una invasión pausada pero continua, festiva pero tranquila como tranquilos somos los catalanes.
Gentes en grupos alegres y bulliciosos pero tremendamente pacíficos y cívicos, de muy buen rollo. Con sus bocatas o fiambreras con un tentempié para aguantar hasta la hora de la "mani". Con algunos llenando las terrazas de bares y restaurantes pero hasta muchos acogidos en casas de amigos; en algunas calles los vecinos en colaboración con los restaurantes del barrio, prepararon mesas para acoger y alimentar gratuitamente a los forasteros llegados de buena fé..
Y cuando entonces, veo a la pepona del PP, la desgraciada Sánchez Camacho decir, mirando fijamente a la cámara, que actos como éste rompen el país y fracturan la sociedad catalana, siento una pena infinita por ella y por cuantos españoles o catalanes asilvestrados piensan como ella; unos "pobres lázaros" sin dos dedos de frente, obcecados por su fanatismo o a los que sus anteojeras de mula les impiden ver todo el paisaje y se quedan con los cuatro tópicos, las mentiras que les viene inculcando, desde la cuna, el ultranacionalismo hispano-castellano más montaraz y retrógrado.
Coronel Von Rohaut
jueves, septiembre 11, 2014
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2 comentarios:
He llegado ahora de la mani:brutal....
impresionante, a ver si convencemos a Europa por que lo que es al pp, vienen mal dadas.
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