Sale la segunda del PP, la llamada Cospedal y, mirándome a los ojos, me dice que los españoles todos, o sea ella, tienen derecho a decidir sobre el futuro de mi país, Catalunya, mientras que a los catalanes, o sea a mi, se nos niega tal derecho. Bravo, furcia.
Pero añade que lo que queremos hacer los catalanes, decidir sobre nuestro país, es un ataque a la libertad y a la democracia. ¡Vírgen Santísima de los Dolores!. Y me he fijado bien, pero mientras decía esta barbaridad no se le escapaba ninguna risa... Debe tener huevos la tía...
¡Coño, pero es que yo jamás me he metido en lo que quieran ser ellos, los españoles! Que me da igual que lo mismo me da, que quieran ser, en un futuro próximo, una dinastía castellano-manchú (*) o un burdel mongol. O que se quieran meter todo el país por el culo, que "pá cagarse" si que es, el pobre.
Coronel Von Rohaut
(*) Una consolidad República Bananera ya hace años que lo son, especialmente gracias a dirigentes mafiosos como la misma Cospedal, cuyo marido y según cuentan, hizo negocios con el Pujol hijo, mientras ellos, los castellanos, solo acusan al Pujol padre (¡Que qué tendrá que ver, el buen hombre, salvo no haber vigilado a los golfos de sus hijos...!)
Y que más les valdría que ellos vigilaran lo que se hacía con Caja de Madrid/Bankia, la sucursal castellano/manchega (que Madrid, sin los millones que nos roban a los catalanes, sería un polvoriento pueblo manchego), de la Cueva de Alí Babá.
lunes, octubre 06, 2014
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