Estoy viendo, a ratos, esta prueba por la tele; señor, vaya tostón, aquí no hay ni Dios que adelante a nadie...
Y antes, cuando los coches llegaban a la Place du Casino, en la parte alta y final de la Avenue de Monte-Carlo, quedaban perfectamente enfocados, a la izquierda el lujoso y exclusivo Hotel de Paris (arriba), propiedad de la Société des Bains de Mer, y a la derecha el edificio del Casino de Monte-Carlo (debajo), de la misma propiedad (así como del teatro de la Opera, el Ballet, etc.), y fijarse en los automóviles aparcados enfrente (*)...
Ahora ya no, pero ignoro si han modificado la situación de las cámaras y el enfoque de la perspectiva por razones técnicas o quizás porqué estos edificios no han querido pagar el suplemento por publicidad que quizás les exigían...
Coronel Von Rohaut
(*) Yo, cuando fuimos con mi esposa y para no hacer el ridículo, dejé aparcado el Nissan que tenía entonces y fuimos andando... Y en el puerto, por donde fuimos a pasear, había amarrado un inmenso velero, de madera, de alto bordo, con un vigilante armado con un subfusil arriba de la escalerilla de entrada y un "Lincoln Continental" al pié. Allí entendí perfectamente (ya tenía una ligera idea) lo que era ser un verdadero multimillonario y "master del universo", y su cruel diferencia conmigo...
domingo, mayo 28, 2017
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario