Todo antes que avergonzarse que sus presidentes castellanos no balbuceen una maldita palabra que no sea en castellano (y aún..., que vaya castellano se gasta a veces el Rajoy...).
O que el Zapatero, al encontrarse con el líder inglés David Cameron, creyendo él que hablaba del tiempo que hacía y queriendo ser agradable, le dijo "Good time". Y se extrañó que Cameron se quedara con cara pasmada, mirándose el reloj y como diciendo "¿Pero qué dice este imbécil, que es buena hora? ¿Para qué, para tomar el té?".
¡Qué ridículos y malvados, al mismo tiempo, pueden llegar a ser algunos castellanos, especialmente los periodistas, que ellos no son un sainete, si no un esperpento...!
Coronel Von Rohaut
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