El aceite de coco no tiene nada que ver con el ahora tan denostado aceite de palma, aún que el aceite de coco, obtenido de la "copra" o pulpa seca de coco, que es el fruto de la palmera nucifera, tenga por ello una similitud en el nombre.
El aceite de palma se obtiene del fruto de un vegetal llamado "palma elaeis" (de orígen africano), con grandes plantaciones en Indonesia, donde está acabando con la selva indígena y su deforestación está acabando con los orangutanes, unos de los primates o grandes simios más parecidos al hombre. Son nuestros primos genéticos y los estamos masacrando (igual que a los gorilas africanos).
Es el aceite con mayor producción en el mundo, solo por detrás del aceite de soja, y con ciertas ventajas industriales e incluso nutricionales, si bién ahora ya se pone en duda su idoneidad para la alimentación humana, por sus efectos perjudiciales sobre la salud.
Mientras que el aceite de coco, obtenido de los cocoteros de las Mares del Sur principalmente, se utiliza un poco en la alimentación pero, sobre todo, en la fabricación del jabón llamado de "Marsella" (*) (en Catalunya, el afamado "sabó de coco"). Una famosa marca de jabón de lujo americano, el "Palmolive" (el jabón de las estrellas, como rezaba su publicidad), debe su nombre al aceite de coco (no el de palma) y al aceite de oliva que entran en su composición.
Coronel Von Rohaut
(*) Marsella era el puerto francés con mayor llegada de buques procedentes de las colonias del Pacifico y donde desembarcar su carga de "copra" o de aceite ya procesado y allí radicaban las fábricas de jabón (y también de pasta dentífrica). Que también utilizaban primordialmente aceite de oliva provenzal, que mezclaban con el de coco para la obtención del jabón.
Esta industria se vió muy perjudicada con la llegada de los detergentes o tensioactivos químicos.
sábado, abril 06, 2019
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