Ahora que ya han pasado unos días y se tiene una cierta perspectiva, pasaré a tratar este tema si bien no haciendo un análisis político exhaustivo, que ya se ha hecho por personas mas idóneas que yo.
Uno de los mejores (tengo una inclinación especial por él), el realizado por el columnista de La Vanguardia, Francesc Marc Álvaro.
Tampoco voy a hacer un panegírico sobre las cualidades de inteligencia, cultura, sobrada preparación, centralidad y espíritu dialogante del sr. Piqué. En un "post" reciente ya dejé escrito que, sin duda, era uno de los mejores, si no claramente el mejor parlamentario de la política catalana y que aún defendiendo (salario obliga) los cavernícolas postulados peperos, dejaba traslucir un cierto poso catalanista. Y así le ha ido...
Lo que si deseo resaltar es el colmo de cinismo mostrado por altos dirigentes del PP de Madrid, que se han escandalizado por la forma, dicen ellos, en que Piqué se ha despedido. Cuando han sido ellos los que lo han echado a puntapiés.
Y aquí, precisamente, viene mi comentario. Cuando el PP perdió las últimas elecciones nacionales, el sr. Piqué salió en la tele preguntándose que coño seguían haciendo en el partido los caretos del Acebes y el Zaplana, que eran la imagen de un pasado que había perdido dichas elecciones. El sr. Rajoy le desautorizó y el sr. Piqué se la envainó (tuvo que salir a dar excusas...).
Si hubiera tenido un par de cojones, hubiera dimitido en aquel momento y hubiera quedado como un hombre (y un buen catalán). Pero ha esperado que lo echaran; ha vuelto a ganar el Acebes y él ha quedado cómo un cagón.
Pero también es cierto que quienes se han lamentado de la pérdida de un buen político son, hipocritamente, los otros partidos. En el suyo y en su entorno (COPE, El Mundo) no le tragaban precisamente por demasiado catalán y por no dar el perfil cafre de ultranacionalista castellano que allí exigen.
Y pongámonos en el lugar del Rajoy. ¿Cómo podía frenar al Acebes si es verdad que el Piqué había ido perdiendo votos en Catalunya, en lugar de aumentarlos, cómo había prometido? El máximo nivel de diputados lo había alcanzado el ultraespañolista Alejo Vidal-Quadras.
Lo cual tiene una explicación obvia. En Catalunya, la gente conservadora, que la hay y mayoritariamente, votante de una derecha civilizada cómo la habitual en Europa, ya tiene a quién votar: a CIU. Por lo tanto, los que quedan para votar al PP, son los ultras cavernícolas, antinacionalistas catalanes y españolistas militantes, que se encuentran más a gusto con los amigos de Acebes y que antes de votar a un partido liderado por Piqué, prefieren irse con los "Ciudadanos", lerrouxistas apoyados por la COPE.
Lógico que, si no ha podido arañar nuevos votantes conservadores en Catalunya, Rajoy opte por, al menos, recuperar los que había perdido por culpa de Piqué.
Santa inocencia si alguien cree que el PP, por la marcha de Piqué, se ha derechizado o radicalizado. Ellos siempre han sido así y la presencia de un Piqué, un Ruiz Gallardón o un Jaume Matas no es mas que una anomalía o la guinda del pastel.
Coronel Von Rohaut
lunes, julio 23, 2007
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