Si no fuera por lo dramático y esperpéntico del caso, sería un verdadero cachondeo, cómo ya dijo alguien y yo no me canso de repetir.
Al dueño de un bar de Barcelona, que tenía la música demasiado fuerte, le meten cuatro años en la "trena"...
Mientras, chorizos, carteristas, estafadores, salteadores de caminos, asesinos, pederastas y violadores, siguen campando a sus anchas bien por no tener causa legal suficiente (?) para enchironarles o bien por disfrutar de permisos concedidos por señores jueces que, con dicho permiso de vacaciones o de fin de semana, le están dando al delincuente, simultaneamente, permiso judicial para seguir robando y violando, tal cómo se ha visto innumerables veces.
Claro que está mal que un señor moleste a los vecinos con un exceso de ruido y de decibelios. Pero cualquiera se dará cuenta que esto se puede cortar cosiéndole a multas (y haciendo que se cobren, no que queden perdidas entre los "legajos" amontonados en los pasillos y lavabos de los juzgados...) o incluso cerrándole el local.
Pero de verdad... ¿meterlo en la cárcel?
¡ Dios... qué país... qué puta mierda !
Coronel Von Rohaut
domingo, noviembre 23, 2008
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