martes, junio 16, 2015

A veces, el problema lo tenemos dentro, en casa...

Lo dice Carles Boix, catedrático de la universidad de Priceton (New Jersey) y supongo que se lo recuerda a Durán Lleida, y yo se lo retransmito a muchos tarados que viven en Catalunya y se dicen catalanes:

"No renunciar a la máxima soberanía pero, al mismo tiempo, descartar la DUI (Declaración Unilateral de Independencia) como ultimo recurso, es contradictorio"

Caso distinto es aquel de los españoles, incluso los que residen en Catalunya pero no son ni se sienten catalanes, que están en todo su derecho en no aceptar la independencia de Catalunya; ellos ya se sienten cómodos tal cual están ahora, y yo estoy legitimado para pedirles que se vayan a su puta tierra cuando nos independicemos.

Y los que acepten quedarse entre nosotros, asumiendo el nuevo "status" y sin perder ningún derecho, bienvenidos sean. Yo diría que les necesitamos, y hasta les queremos.

Los propios catalanes, "botiflers" y traidores, por ignorancia (y a veces hasta de buena fe), estulticia, o por intereses espurios, estos son los peligrosos y que hemos de neutralizar políticamente.

Coronel Von Rohaut

(PS) Que un catalán, incluso catalanista y de buena fe, pero que no apruebe la independencia de Catalunya, sería como un polaco que prefiriera ser alemán, o un uruguayo que prefiriera ser argentino: aberrante, ilógico, disparatado, absurdo, o con alguna alienación mental. Totalmente legítimo, pero yo me lo haría mirar...

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