debido a que, en ambos casos, sus banderas nacionales nacieron, precisamente, como "pabellones" para la Marina y para distinguirlas de las anteriores banderas blancas de todos los países con monarquías borbónicas.
Si bien en el caso de Francia, los colores elegidos para dicho pabellón (bandera naval) y que luego se convirtió en su bandera nacional, fueron los "azul, blanco y rojo" de la propia Revolución francesa y que estaban inspirados en los mismos colores de la bandera de la Revolución Americana.
En el caso de España., el rojo y amarillo fueron escogidos por Carlos III tan solo a nivel de diferenciación óptica y no tienen nada que ver con los colores de banderas previas de Castilla o de Aragón (ésta última, cuatribarrada en los mismo colores, y heredada del escudo de los Condes de Barcelona, y que ondeaban los buques que durante siglos señoreaban el Mediterráneo).
Coronel Von Rohaut
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