Un país donde los fiscales que persiguen la corrupción son cesados y sustituidos por "material más dócil al gobierno".
Donde los grandes corruptos y evasores, ex-ministros y líderes políticos de primera línea, son condenados (a veces) pero ni entran en prisión (o salen de ella al muy poco tiempo), y ni siquiera se les fija fianza. Y conocidos chorizos, convictos y confesos, siguen pululando por las calles, libres de todo castigo a pesar de las sospechas que pesan sobre ellos (*). Y que incluso son moralmente defendidos por el propio Ministro de Justicia, que siempre encuentra un eufemismo para salvaguardarlos, excepto si son "independentistas"...
Mientras que titiriteros, cómicos o cantantes de rap chistosos, y pobres quinquis "robagallinas", son amenazados de largos periodos de prisión.
Pues no señor, esto no es un "Estado de Derecho", si no una comunidad mafiosa y potencialmente criminal.
Y si la Comisión Europea y el Parlamento Europeo, en lugar de ser unos "clubs de estados y políticos que se apoyan los unos a los otros" fueran unas organizaciones democráticas y honradas al servicio de los pueblos, a la corrupta, corrompida y mafiosa España castellana ya la habrían tenido que expulsar de la Unión Europea, hace tiempo...
Coronel Von Rohaut
(*) Y no me refiero al Jordi Pujol, al Mas o a la antigua Convergencia, que siempre salen en todas las quinielas de la prensa mesetaria y de forma periódica y sospechosamente cercana a cualquier otro caso situado en Castilla o tierras adyacentes (Gürtel, Púnica, casos de corrupción en Valencia y Murcia, etc.) pero cuya posible culpa, si la hay, siempre es infinitamente menor, tanto en extensión como en valoración monetaria, a los casos de otras zonas más "nacionales" y que se procuran minimizar u oscurecer con el fantasma del Pujol (o su familia, que nada tiene que ver)
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