Es cierto que el modelo turístico de Barcelona ha de ser revisado. Basta de pisos turísticos masificados en barrios enteros de Barcelona, de los que son expulsados sus vecinos residentes de toda la vida. Basta de excesos de ruidos nocturnos y de meadas en plena calle. Pero yo también he hecho largas colas para subir a la Tour Eiffel o a la Estatua de la Libertad (por cierto, me fui cansado de esperar y la admiré por fuera...).
Y basta de restaurantes baratos (es un decir) de "paella y sangría". Basta de tiendas de "souvenirs" de "bailaoras" y sombreros mejicanos que invaden calles y avenidas icónicas como las Ramblas. Basta de cutrerío "sapanish y olé"...
Pero todo esto puede o ha de poder resolverlo la ley y las normas, estrictamente aplicadas, del Ayuntamiento (y no, precisamente, cerrando las terrazas de la calle Mandri o de la Rambla del Poble Nou, donde van a relajarse los propios ciudadanos de Barcelona...). Claro que pedirles raciocinio y cordura a los
"colauistas y comunes sectarios" quizás sea excesivo para los energúmenos que nos gobiernan...
Y nada de violencia contra los turistas, que aplican los "cupaires" desmadrados, ya que si el turismo huye de Barcelona se pierde la principal industria de la ciudad (industria textil o transformadora ya hace años que no la hay...). Y a ver de qué comerán estos anarquistas y "okupas" de barrio que jamás han dado un palo al agua...
Ahora bien, que el Rajoy acuse a los "cupaires" de "pequeñez mental", si es cierto, como él mismo afirma (y lo es) que Catalunya absorbe o promueve y dinamiza el mayor porcentaje de turismo en España y los ingresos correspondientes, los recortes que él viene aplicando a las infraestructuras de Catalunya, en favor, con nuestro dinero, de inútiles obras faraónicas en el resto de España, esto no es "pequeñez mental"; esto es simple y llanamente, delito, robo y saqueo, salvajada catalanofóbica racista y castellanocentrista.
Coronel Von Rohaut
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