En 1982 y después del "tejerazo" (golpe de estado del 23 F que, en la practica, triunfó), el gobierno central hispano-castellano dictó una Ley que recentralizaba todo lo que, de forma insuficiente, había liberado la corta "transición democrática". Solo se liberaba el País Vasco, única autonomía real de España al disponer de sus propios impuestos y poder gestionar todos sus recursos.
El Tribunal de entonces dejó sin efecto algunas de las medidas recentralizadoras pero que, con el tiempo, se han ido imponiendo una a una y ahora, 35 años después, la LOAPA está plenamente en vigor y Catalunya no es más que una simple "provincia" (*) española,
con financiación cruelmente insuficiente, esquilmada en sus impuestos confiscatorios, sin inversiones del estado y con un Parlamento cuyas leyes son sistemáticamente anuladas por el gobierno central y sus falanges jurídicas al servicio del estado central castellano que nos saquea y malgasta por allí nuestros dineros aquí recaudados.
Tan solo la independencia, la secesión de Catalunya del malvado, corrupto y parásito reino hispano-castellano, nos puede garantizar nuestro bienestar presente y futuro y nuestra dignidad nacional.
Pero tengo amigos y conocidos, habitantes de Catalunya (me niego a llamarles catalanes) que se oponen a nuestra independencia. O son "charnegos" irredentos, "lerrouxistas" desagradecidos o desinformados, o españoles fanatizados y ciegos. O catalanes, buenas gentes, pero con "síndrome de Estocolmo", alienados (¿idiotizados?) que se niegan a ver la realidad de la ocupación castellana...
Coronel Von Rohaut
(*) En la acepción romana del término, territorio vencido (pro-vincia) y conquistado por las armas.
jueves, agosto 10, 2017
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