No pasa día sin que lea u oiga, en los medios de comunicación (o de desinformación...) españoles, voces airadas y realmente escandalizadas por haberse enterado que en Catalunya hablamos catalán, que muchos ayuntamientos utilizan el catalán en sus escritos, rótulos, indicadores, etc.
Esta mañana mismo, sin ir más lejos, un locutor madrileño se rajaba las vestiduras y se desgañitaba, explicando a sus atónitos radioyentes de Cuenca, Zamora y Teruel, que un hospital catalán de Barcelona tenía sus formularios escritos en catalán, maldita sea, que lo hacen para que los niños de Fuenlabrada que van allí a curarse, palmen de una vez al no entender que una aspirina es una aspirina e igual sus madres les dan un cloranfenicol...
Hace unos días tuve que hacer un desplazamiento rápido a Zurich, ciudad suiza de un cantón germano hablante donde me quedé boquiabierto al realizar que todos los letreros e indicadores estaban en alemán, incluso aquellos que podían ser de interés para los visitantes extranjeros, cómo los de los servicios públicos, váteres o "toilettes" (en castellano cañí: cagadoras), dónde sólo ponía no se qué coño de "Damen und Herren". Cómo que no entendí nada, me meé en ellos y no me cagué porqué no me vinieron ganas, que si no...
Luego, al otro lado de la frontera, en Alemania mismo, también los indicadores de las autopistas, las "autobahn", que no acabas de saber si van o vienen, están sólo en esta lengua bárbara que no entiende ni Dios.
Suerte que luego, al llegar a Madrid, todo está en puro castellano y los daneses que vienen ¡que se jodan, coño! (*)
Coronel Von Rohaut
(*) Y ya no te digo los putos "polacos" de mierda.
sábado, septiembre 13, 2008
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