No entraré a describir este tipo de jazz en el que la improvisación de los solistas parte de bases distintas a las harmónicas habituales en el "jazz", entre otras cosas porqué mi formación musical básica no alcanza a tanto.
Pero lo traigo a cuento porqué recientemente leía un artículo que rememoraba la grabación, en el año de 1959, del álbum de Miles Davis "Kind of Blue", que mucha gente considera la obra cumbre del "jazz" y, por descontado, es el álbum más vendido de toda la historia de este tipo de música de la que yo fuí un auténtico fanático en mi juventud.
Incluso llegué a dar, en compañía de mi amigo Josep Maria Bas, luego Director General en el Ministerio de Educación durante los gobiernos de Felipe González y ya fallecido, conferencias que ilustraba, con piezas e ínterpretes escogidos para explicar cada época y estilo distinto, en un inmenso y pesado magnetófono de cinta abierta que arrastraba con esfuerzo ya que los "cassettes" aún tardaron décadas en ser inventados. ¡Coño! Y ya han muerto ¿Pero qué edad tengo, cojones?
En "Kind of Blue" Miles se rodeó de gigantes de la talla de John Coltrane (saxo tenor), Julian "Cannonball" Adderley (saxo alto), Bill Evans (piano) Paul Chambers (bajo) y el "drummer" Jimmy Cobb. Con ellos y un año antes, en 1958, ya había grabado "Milestones", pieza en la que Davis se internaba en las formas modales. Pero fué con el álbum "Kind of Blue" con el que esta forma de tocar revolucionó al "jazz".
Ya diez años antes, Miles Davis, con el sonido especial que obtenía de su trompeta con sordina de acero "Harmon", grabó "Birth of the cool" que fué también una revolución al romper con el "be-bop" del que venían todos los que intervinieron en la grabación (*). Pero fué una rotura mas bien, diriamos ahora, en su "talante", al "enfriar" que no eliminar, la pasión con que se interpretaba el "bop", introduciendo formas procedentes de la música clásica (**), pero sin romper los esquemas harmónicos del mismo jazz.
Y del "cool" nació el "West Coast Jazz", con el Gerry Mulligan Quartet y su trompetista Chet Baker, y toda una generación de grandes "jazzmen" modernos. Entre la eclosión del "bop" con Charlie Parker y Dizzy Gillespie, más Davis, Lewis, Roach, Kenny Clarke, Thelonius Monk, etc., hasta la llegada del frío y cerebral pianista Dave Brubeck y su saxo alto Paul Desmond, e incluso la incursión del saxo tenor Stan Getz en la "bossa nova" brasileira, para mí y es una opinión totalmente personal e instransferible, se encuentra la época dorada del "jazz" moderno.
Porqué con su segunda revolución y la inclusión de la música modal en "Kind of Blue", si bien es todavía un gran disco que me encanta, con él se abrió la puerta a lo que vino después, la baraúnta atonal, cacofónica y disonante del "free jazz" y otras "paridas".
Recientemente un gran cocinero español y "modelno" salió diciendo que había creado un "gazpacho" negro y con sabor a tinta de calamar. Vale, tío. Pero el "gazpacho", el auténtico y andáluz (hay otras variantes), es rojo y sabe a tomate y vinagre. Si tu haces un mejunje que, a lo mejor, es de un sabor delicioso y te sube al séptimo cielo de los placeres, pués "chapeau" y bienvenido sea. Pero no es un "gazpacho". Es otra cosa: llámale "sorbete de calamar" o "delicias negras de la huerta marinera". Pero no es "gazpacho".
Como otras cosas no son "jazz".
Coronel Von Rohaut
(*) Grandes solistas, algunos ya consagrados como el batería Max Roach, el pianista John Lewis luego fundador del "Modern Jazz Quartet" y una de mis pasiones, el bajo Al McKibbon y otros que después hicieron unas carreras fulgurantes como el saxo alto Lee Konitz y sobre todo, el saxo barítono Gerry Mulligan que ya era un gran arreglista.
(**) Maravillosas fugas y contrapuntos que Gerry Mulligan y John Lewis, en sus cuartetos respectivos, elevaron a la altura de Hans Sebastian Bach.
jueves, agosto 20, 2009
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2 comentarios:
Hola Coronel. Permíteme que te tutée.
No he podido evitar sorprenderme y a la vez escandalizarme de tu articulo.
Está muy bien que uno se dedique a dar conferencias para ilustrar a la juventud, pero eso no quita que se deba operar con un mínimo pudor a la hora de dar su opinión públicamente.
En tu artículo conviven faltas de ortografía (porqués,palabras inventadas como baraúnta, supongo que te referías a barahúnda, harmonía -sí, en catalán es con hache-) con flagrantes errores (aún no me han presentado a ese tal Hans Sebastian Bach) lo que, quieras que no, resta un poco de credibilidad al asunto que tratas.
Todas las opiniones son respetables, siempre que se formulen desde el respeto, difícil de localizar en tus líneas. Amo el jazz, incluso hago mis pinitos (no, no doy conferencias todavía) y aunque no soy un entusiasta del free lo respeto, como creo que debería hacer cualquier aficionado al jazz con un mínimo de recorrido y perspectiva.
Yo tengo veintitres años, desconozco tu edad, pero si los que tienen que educarnos y venir a dar conferencias tienen tu cultura y tus formas vamos apañados.
Una vez oí decir a una profesora de música que ella misma podría haber pintado el Guernica. Quizá deberían darte a ti un saxo.
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