Pero a pesar que las chirigotas andaluzas de Cádiz nos mandan a todos los catalanes a la mierda, con el aplauso del público y el aliento de la televisión local (*), lo cierto es que los catalanes somos:
- Unos ciudadanos muy dulces, sosegados y apacibles.
- Unos consumistas golosos.
- Unos defensores de nuestras más azucaradas tradiciones.
- Unos conservadores de nuestra confitada historia y de la historia de nuestras confituras.
¡Bon profit, catalans!
Coronel Von Rohaut
(*) Y con gusto a la mierda me iría si con ello me alejaba de ellos, de toda la maldita España de matriz castellana, de la que Andalucía es su apéndice subvencionado, chungo e indolente, de guasa y cachondeo. (¡Oye! que han empezado a insultar ellos ¿eh? Y que el Durán Lleida es un cabrón solo si lo digo yo.)
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