Es el error que cometen tantos y tantos hispano-castellanos cuando, para defender la pertenencia de Catalunya al estado ultranacionalista, unitario y centralista español, proclaman altisonantemente "Cataluña es España".
Cuando lo que quieren decir, lo que piensan realmente y es lo que defienden con uñas y dientes es que
"Cataluña es de España".
Una conquista militar, una nación anexionada como "botín de guerra", un "derecho de conquista y de saqueo" y que yo entiendo, al cien por cien, que la quieran conservar y seguir explotando. Especialmente cuando, después de la pérdida de Cuba y las Filipinas, es la última colonia que le queda al otrora ufano Imperio Español, una Castilla soberbia acostumbrada a vivir del saqueo y el pillaje.
"Una lengua, la castellana, que jamás le fue impuesta a nadie" dijo, sin ruborizarse, el último Borbón que, seguramente cuando lo dijo, todavía tenía el cerebro, el entendimiento, obnubilado, sorbido por la ultima felación que le había practicado alguna barragana de la Corte (*).
Coronel Von Rohaut
(*) Está científicamente comprobado que una buena mamada relaja el sentido crítico. Mientras que los grandes inquisidores, los fanáticos e integristas, son unos reprimidos sexuales; o unos impotentes.
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