Para los tertulianos y falanges o tropas de asalto de la
"brunete mediática", de la caverna mesetaria, los casos catalanes de corrupción (pocos y pequeños, pero los hay) como los del
"Palau",
"caso Pallarols", etc. son una amenaza para el proceso de secesión de Catalunya, al que casi invalidan al llenarlo de sombras y sospechas:
¿cómo van a independizarse estos delincuentes? o
¿en qué país de chorizos se convertiría una Catalunya independiente gobernada por estos indeseables corruptos?
En cambio, nunca nada han dicho sobre ninguna amenaza a la
"unidad de España" por culpa de los mucho más escandalosos casos de corrupción hispano/castellanos (caso FILESA o ERES andaluces, del PSOE. Caso Bárcenas del PP, etc.).
Y es que en España hay distintas varas de medir; y hasta de pensar. Si bien las de pensar son varas muy pequeñas, diminutas, liliputienses, ya que en España pensar es una actividad mal vista y hasta nociva para la salud. Aquí lo saludable para la
"sagrada unidad de España" es la
sangría y los
toros (*).
Coronel Von Rohaut
(*) ¿Habéis captado la similitud entre ambos conceptos?
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