Un columnista de mi periódico recuerda hoy que hace poco el señor Rajoy, del que algunos dicen que es el mejor parlamentario (*) que ha tenido últimamente su partido (o banda de chorizos), proclamaba: "que Bárcenas era inocente y que no habría manera de demostrar lo contrario".
Pero es que este mismo y sagaz lumbreras decía un poco antes que el valenciano Francisco Camps era el hombre más honrado de España y que el mallorquín Jaime Matas era un ejemplo a seguir por todos los españoles. Lástima que ambos los dos fueron imputados por delitos de corrupción y salvados "in extremis" por jueces amigos (y tan moralmente corruptos, posible y supuestamente, como ellos).
Y mientras leo estas notas, por la tele se explaya la Sánchez Camacho (la pepera y "pepona" nacional de Catalunya) que sigue diciendo, en contra de toda evidencia, que los catalanes quieren seguir siendo españoles y que no hay tantos independentistas como dice Mas. Y esto lo dice ella que, con sus amigos y cómplices, es la que se opone a que se les pregunte oficialmente a los interesados, con lo que se acabarían todas las suposiciones, falacias y pajas mentales.
¡Ah! Y como siempre amparándose bajo unas supuestas leyes que se hicieron ellos mismos para blindar su posición y cerrar toda posibilidad de expresarse por parte de quienes no comulgan con sus inmensas ruedas de molino hispano-castellanas, nacional-sindicalistas y nacional-católicas. Leyes que no me impiden, a mi, cagarme en la puta madre que los parió. Supuestamente, claro...
Coronel Von Rohaut
(*) Y total porqué sabe hablar un poco, a pesar de su dicción, y ello tan solo por haber superado, como dijo Darwin, el estadio vital de los micos. Y no está claro que el Rajoy hubiera dado este paso.
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